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| Destrozos en automóviles |
Los terribles terremoto y tsunami posterior que han asolado Japón han afectado seriamente también, como no podía ser de otro modo, a la industria automovilística, una de las más prósperas del país. Somos muchos los que en el mundo usamos coches japoneses a muchos miles de kilómetros, consumiendo, en consecuencia, sus componenetes. Muchas fábricas han sido dañadas y se ha paralizado la producción en las principales plantas de las grandes marcas y en otras muchas de la industria auxiliar.
Nissan, una de las marcas más afectadas, no prevé un impacto a corto plazo (el suministro está asegurado durante seis semanas) en la venta y la disponibilidad de vehículos, por la fuerte presencia productiva de la firma en el viejo continente. El 80% de los coches que la firma comercializa en Europa se producen en esta misma región. Tampoco peligra la provisión de piezas. Toyota se ha visto mucho menos afectada, aunque ha cerrado por la situación general del país. Las tres plantas de Mitsubishi vuelven a estar operativas. Mazda reanudará la producción de sus factorías a partir del próximo 22 de marzo, tras haber suspendido la actividad en estas instalaciones el día 14 a causa del terremoto y el tsunami. Honda seguirá cerrada al menos hasta el 23 de marzo, el 24 reevaluarán la situación antes de tomar la decisión de reanudar la situación. Suzuki seguirá cerrada hasta la próxima semana como mínimo.
Aún no conocemos con exactitud el balance final en vidas perdidas. Tampoco las consecuencias en términos económicos, la industria del motor no es más que un ejemplo, pero lo que nunca conoceremos con exactitud es el balance en términos de sufrimiento humano. Si de algo no cabe duda es de la capacidad del pueblo japonés. Volverán a levantarse. Siempre lo hacen.
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