viernes, 18 de marzo de 2011

LOS CHARCOS DE LOS OBISPOS CATALANES


La Conferencia Episcopal Tarraconense ha hecho pública una carta pastoral que ha llamado "Al servicio de nuestro pueblo". En ella los prelados, que debían encontrarse algo acalorados, se han lanzado a pisar todos los charcos políticos que han podido, o, más bien, a chapotear en ellos. El citado documento hace referencia a un discurso de Juan Pablo II en el Parlamento Europeo en 1988, donde dijo que "los pueblos europeos unidos no aceptarán la dominación de una nación o de una cultura sobre todas las demás". "En el contexto europeo y mundial actual, el pueblo catalán quiere y puede ofrecer su contribución desde su especificidad, arraigado en su historia, su cultura y su lengua milenaria". Pues naturalmente, y el pueblo soriano y no digamos ya el gaditano. En otro apartado hablan de "nuevos retos y aspiraciones, que afectan a la forma política concreta en la que el pueblo de Cataluña debe articularse y cómo se quiere relacionar con los demás pueblos hermanos de España en el contexto europeo actual". Al hablar de la inmigración en Cataluña, los obispos trazan un paralelismo entre los españoles que fueron a trabajar a Cataluña en el siglo pasado y la actual inmigración, en su mayoría marroquí y paquistaní.


Huelga decir que los obispos catalanes, o de donde fueren, tienen todo el derecho del mundo a opinar lo que estimen oportuno. Lo que sorprende del documento es que sean precisamente jerarcas de la Iglesia los que tomen partido por una opción; en lugar de integrar, excluyen. No sé si habrán reflexionado que en España (también en Cataluña) hay muchas personas, religiosas o no, no nacionalistas y que, probablemente, se sentirían mucho más reconfortados con pastorales menos ladeadas por el viento dominante.


Por otra parte, la utilización del discurso de Juan Pablo II, su cita, probablemente sea lo peor de todo. Aun sin conocer la biografía del anterior Papa, que no será el caso de estos obispos por muy catalanes que sean, resulta muy evidente que cuando habló de "la dominación de una nación o una cultura sobre todas las demás", no se refería a España. Ni siquiera a Cataluña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario