RAJOY Y LA MOCIÓN DE CENSURA

MARIANO RAJOY

Hace años que esta nave hace aguas por todas partes. El Gran Timonel no sabe ni por dónde le llega el viento y navegamos al pairo, con grave riesgo de encallar. Aún más que los casi cinco millones de parados, quiero decir.

Entre tanto, Mariano Rajoy ha decidido aplicar el proverbio árabe y sentarse, plácidamente, en su puerta esperando ver pasar el cadáver de su enemigo. Probablemente es una estrategia política acertada y el poder le llegara por los desastres ajenos más que por los aciertos propios. Cuanto más espere más escaños le llegarán. ¿Pero qué pasa con España? Más allá de los intereses de los partidos políticos debieran situarse los intereses de todos. Vana ilusión, ya lo sé.

Por si no hubiera motivos suficientes hasta ahora, ayer nos enteramos del infame trapicheo entre el gobierno y ETA en la época "del proceso". Es inaceptable que no se reaccione. Es inaceptable que todo siga como si nada y a esperar que ya caerán. Alguien tendría que reaccionar y ese alguien debiera ser Mariano Rajoy que tiene la posibilidad de ejercer una moción de censura. Aunque sepa que la va a perder. Ponerla y perderla es mejor que seguir mirando la calle desde el sillón. Por dignidad.